giovedì, settembre 07, 2006

Luna


Luna

En la quietud de la oscura noche
se deja de lado la realidad de la vida
para volar con la imaginación
a lugares extraordinarios
en dónde tú, Luna,
me acompañas con el reflejo
que padre sol, te brinda mientras duerme.

Al mirarte,
durante las noches de insómnio
lejos de ésta tierra
pero tan cerca de mi soledad
naces al caer la tarde
para vivir en un mundo de fantasia
en dónde creemos ser reyes o principes
creyendo tener glorioso poder
y el mundo rendido
a los pies de nuestro egoísmo.

Con la rotación de ésta tierra,
al despuntar el alba,
se libra una colosal batalla
dónde tu, Luna
cedes paso al bullicio de la gran ciudad
en la cual aparecemos
en la escena de la vida
con un caparazón en el alma
que camina cual lenta tortuga
siguendo nuestra ruta,
queriendo protegernos de nosotros mismos
escondiendose en su armadura
rogandote con sollozos
¡Luna!
admiración de muchos
inspiración de pocos
que bajo el cobijo de tu mágico brillo
y acompañada por la soledad de las almas
despliegas la blancura de tu firmamento
dejándote ver entre soñolientas nubes,
alumbra el camino de mis pensamientos
para no caer en el abismo
de la mediocridad.


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