Alebrije
Hace tiempo, Dios contemplaba la Tierra y pensaba:
- Debido a los grandes cambios acontecidos en la Tierra, reuniré a un grupo de ángeles de la guarda para enviarlos a una nueva misión, puesto que han sido sobresalientes en su labor de procurar, guiar y proteger a los seres humanos que les encomendé.
Por supuesto Dios, ya sabía que algunos habían estado a cargo de músicos, otros con deportistas, gobernantes o políticos. Era tal la variedad que no había distinción de profesiones o estratos sociales.
Entonces los llamó a su presencia.
Los ángeles acudieron de inmediato. Estaban a la expectativa pues querían saber la razón de tan importante reunión.
Ya en la sala de espera, todos comentaban sus experiencias y cada uno enaltecía a su protegido.
En ese momento, el Creador, con voz firme les anunció:
- Queridos ángeles, debido al gran esfuerzo, entrega y afán de bienestar para con los humanos, les otorgaré la gracia de volver a la tierra para convivir con ellos de forma muy especial.
Los ángeles estaban sorprendidos, pero Dios continuó:
- Mas ahora les daré una misión diferente. Es mi deseo que vayan a la tierra y adopten la forma de cualquiera de los animales de la naturaleza.
- Ustedes lo escogerán libremente, les recomiendo tomen en cuenta sus habilidades. Cuando lo hayan hecho vengan nuevamente y escucharé sus razones.
Los ángeles estaban sorprendidos y pensaban cuál era el motivo de esa nueva misión. Sin acertar a comprender, se fueron pensando en qué animalito querían ser:
- Podríamos ser ¿“animales en extinción”?, ¿de la selva?, ¿del desierto?, Quizás ¿ballena o delfín?
Así que hicieron una larga lista de la A a la Z de aves, reptiles, mamíferos y peces.
Había en la lista Tucanes, Pelícanos, Tortugas marinas, Nutrias, Variedades de Osos, leopardos hubo quien hasta escogió ser Dragón de Komodo, Gorila o Coral.
Se aprestaron a escoger alguno y con mucha alegría, regresaron.
- Señor, tal como tú nos lo pediste, hemos elegido ser un animal de la tierra y aquí estamos para darte nuestras razones.
Entonces el Señor se sentó a escucharlos.
- Yo quiero ser león – dijo uno de ellos – pues es el rey de la selva, en mi vanidad, la melena es importante, además, no importa si los humanos lo cazan por demostrar su grandeza. Por desgracia hoy este león es un bonito tapete en la sala de una mansión.
- Yo seré un cocodrilo –dijo otro – pues aunque no es un animal muy bonito en apariencia, es un reptil muy fuerte, más su piel es tan atractiva que se ha convertido en artículo de lujo para los humanos y le admiran en cinturones, bolsos y botas.
- Yo seré cóndor andino, porque es el ave más grande que existe y vuela a grandes alturas, recuerdo haber viajado mucho con un piloto aviador a quien fui encomendado, además que me encantaría sentir de nuevo el placer de surcar el cielo, sentir el aire en el rostro, el sol abrazando mi cuerpo y la lluvia humedeciendo mi plumaje, se que los cazadores hacen fama al matarlos y tenerlos como trofeo aun así, esta es mi decisión.
Y así fueron pasando cada uno de los ángeles y el Señor les escuchaba, concediéndoles su deseo.
Al final, sólo quedaba un ángel de la guarda, chiquito, tímido y casi insignificante, Dios al verlo con cara de desconcierto le preguntó:
- y tú, qué deseas ser?
El ángel contestó:
- Señor, tú que todo lo puedes, mi deseo es ser un alebrije
- UN ALEBRIJE? pregunta sorprendido el Todopoderoso.
- Si Señor, quisiera ser un Alebrije, porque deseo tener la forma de todos los animales, por ejemplo:
- quisiera tener el tamaño de una ballena azul, para cruzar los siete mares,
- la fortaleza de un elefante africano, y sus pasos sean escuchados desde lejos.
- poder hablar como los loros y ser una nube verde entre ellos.
- tener protección como los armadillos con la peculiaridad del puerco espín,
- brincar como el sapo mexicano de madriguera en un gran charco,
- volar como el halcón peregrino con la velocidad del aleteo de un colibrí,
- tener la piel de una marta o un mink y la boca alargadita como la del oso hormiguero,
- poseer la mirada del lince, el antifaz del mapache, la velocidad del chita,
- tener la habilidad del venado cola blanca,
- ser travieso como un mono araña,
- tener bigotes grandes como los de las focas monje del Mediterráneo
- reir como las hienas o cantarle a la luna llena como los lobos grises o mexicanos
- pero sobre todo tener un nombre curioso o prehispánico como el de la Chachalaca, o el Chivizcoyo y algo mas...
- tener electricidad como las anguilas, para cuando no haya luz.
- Y si en algún momento el hombre no tuviera que comer, encuentre en mi, el sabor a salmón del Atlántico.
- Reconozco Señor que es mucho pedir, por eso mi deseo de ser un alebrije, para poder cohabitar en la imaginación de los humanos, y así admiraran las características de cada uno de mis hermanos.
- Que sepan que no importa si son bonitos o feos, grandes o pequeños y que si todos vivimos en comunión con la naturaleza, tendremos la conciencia de preservar tu hermosa creación.
- Mas si esto no pudiera ser, envíame a la tierra en forma de papel y cartón, para que los humanos puedan crear con sus propias manos, a los que no se detuvieron a observar ni a cuidar.
- pero la razón más importante, es para que todos los animales de la tierra, puedan estar tranquilos y felices, sin que nadie les haga daño y así los humanos puedan ver la cualidades de cada uno de ellos.
Dios conmovido por las palabras del ángel, pensó que si bien no podría otorgarle ese deseo, le daría otra misión.
- Son muy buenas tus razones, sin embargo, no te lo puedo conceder.
El ángel se entristeció, pero Dios continuó diciéndole:
- Desde ahora te llamaras “Alebrije” y tu serás la nueva conciencia de los humanos. Tendrás la misión junto con los ángeles de cuidar todo cuanto existe en la tierra y preservarla.
Desde ese momento, los ángeles bajaron a la tierra tomando la forma que deseaban, mientras Alebrije pone la conciencia en cada humano, para conservar a todos los seres vivos sobre la faz de la Tierra.
FIN
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