Amigui Ramby
No sé
en qué momento me perdí
ni cual fue el miedo
que aquejó mi corazón,
nublando el poco entendimiento.
Miedo a lamentarme
por actuar como lo hago,
miedo a odiarme
y abandonarme a la mundana vida
que aprisiona el alma,
ensordeciendo mi voz
sin lograr fórmular
me urge un coco-wash.
Mi querida psicóloga
analizas lo mismo mis letras
que mis demencias,
visitas mis vesánicos remordimientos
vestida de brillante estrella del firmamento.
Obsequias amistad a manos llenas
cuando a mí se me escurre
la vida entre ellas.
Intentas cambiarme
la melancolía en sonrisa,
vaya día,
te apoyo en el heart-wash
cuando se desangra mi razón.
Te sostengo el corazón
a cambio de la luz
y los sueños locos en la delegación,
suplicando por papel y lápiz,
¡qué importa la jurisdicción!
si sólo cuenta la disposición.
Ramby, Amigui
de esta sencilla forma te agradezco
el regresarme a la loca realidad
de mis desvaríos cotidianos
entre abrazos llenos de locura,
secretos y sonrisas
de sarcásticas complicidades
disfrazadas entre letras
y hermandades.